miércoles, 10 de noviembre de 2010

Asentamientos irregulares en el Parque Tunari contaminan y destruyen ciclo del Agua

El 28 de julio, a propuesta del gobierno boliviano, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) mediante resolución declaró al agua y el saneamiento como un derecho humano. ¿De qué manera esta medida garantiza el acceso a este vital elemento?, si por ejemplo, refiriéndonos a Cochabamba, SEMAPA está sumida en una profunda crisis que afecta en la prestación de sus servicios; las actividades industriales y mineras utilizan día a día ingentes cantidades de agua; y los más de 70 asentamientos irregulares sobre la cota 2750 msnm están amenazando nuestra única fuente de agua superficial y subterránea: el Parque Tunari.
Su ubicación y características topográficas lo convierten en generador del ciclo hidrológico por ser un área de condensación y precipitación intensa de masas de vapor de agua provenientes del Trópico. Presenta un sistema de cuencas conformado por ríos, quebradas y lagunas que permite abastecer de energía eléctrica a Cochabamba, parte de Oruro, La Paz y Potosí.
En el campo de los comportamientos y capacidades hídricas el arquitecto Marcelo Delgadillo del Centro de Ecología y Monitoreo Ambiental (Gema) realizó varios estudios sobre el valor del parque en la provisión de agua; y las estrategias que deben seguirse para proteger la zona de recarga de acuíferos que está impermeabilizándose.
El PNT está conformado básicamente por dos vertientes: la Norte, cuencas de mayor superficie, capacidad y aprovechamiento como las que generan los ríos Palca, Pilse, Candelaria que vierten sus aguas al embalse de Corani, luego los ríos Torreni, Chapisirca que son afluentes al río Chapare y Mamoré. Los niveles de precipitación oscilan entre los 1000 a 2000 mm/año, ya que por la vasta vegetación existente en algunos lugares la humedad llega hasta un 90%.
La Sur, que abarca 89.000 has desde Parotani hasta el río Maylanco, corresponde a las 30 cuencas y microcuencas ubicadas en la ladera sur de la cordillera del Tunari y bordea a los valles de Cochabamba; alcanza una precipitación de 300 a 500 mm/año produciéndose los más altos niveles hacia las cumbres. Las aguas superficiales se infiltran en el suelo y subsuelo para los depósitos subterráneos en los valles de Sacaba, Central y Bajo, área de alta permeabilidad constituida por los abanicos aluviales y conocida como zona de recarga de acuíferos.
El 95% del uso de agua potable, industrial y riego provienen de acuíferos, por tanto la manera más rápida de aprovechamiento es precisamente esta vertiente, dijo Delgadillo que además hizo una aproximación numérica de su aporte desde la cota 2250 msnm hacia arriba. Calculando una precipitación de 450 mm/año de lluvia en un periodo medio y basándose en el dato que la pendiente tiene un coeficiente de 0,70; determinó que el 70% del agua que cae se escurre y el 30% se infiltra porque la cordillera al ser fragmentada, quebrada y de cobertura bastante suelta está en permanente erosión.
Efectos de asentamientos en el Parque Tunari (diseño Natalia Vega)
En las aguas del subsuelo los niveles someros a 100 m de profundidad se recargan anualmente, no siendo así para los que están a más de 200 metros que se acumulan durante miles de años. En este sentido, otra característica consiste en su estructura equiparada a mantos de lenteja de distintos materiales permeables (rocas, arenilla, arena) que conforman una esponja entremezclada, ventaja para los horizontes someros cuando se mantiene la humedad, simetría de los internos.
Tomando en cuenta estas particularidades, Marcelo Delgadillo, estimó que se infiltran en condiciones óptimas 150.000.000 m3/año de agua, suministrando 140 lt/día/persona a 300.000 usuarios y con una pérdida del 50% SEMAPA extrae 17.520.000 m3/año; los 10.000 pozos existentes a 1 lt/segundo están produciendo 16.000.000 m3/año, es decir, se extraen 33.520.000 m3/año. Esto significa que anualmente se recargan 116.480.000 m3, de ahí la necesidad de proteger y utilizar correctamente las aguas subterráneas y planificar obras para retener los 280.000.000 m3/año de agua que se escurren.
La zona de recarga por los asentamientos irregulares encima de la cota 2750 msnm enfrenta dos problemas centrales: contaminación e impermeabilización. El establecimiento de industrias, granjas de cerdos, aves y viviendas que no cuentan con un sistema adecuado de alcantarillado, la mayoría tienen pozos sépticos, infiltran sustancias químicas y nocivas en consecuencia acuíferos contaminados son recursos no disponibles.
La impermeabilización referida a la pérdida del área de recarga, aproximadamente 1000 has, por la construcción de infraestructura (viviendas, equipamientos, caminos) impide que entre agua al subsuelo, así en vez de cuidar, canalizar y mejorar las vertientes se han cementando vías anulándolas. “Estas situaciones pueden dejarnos sin agua porque nuestra fuente de abastecimiento son los pozos, Misicuni, Escalerani y Wara Wara no van a sustituirlos van a ayudar en parte, pero SEMAPA que sólo provee de agua al 30% de la población seguirá usando los pozos y el otro 70% igualmente recurrirá a ellos”, aseveró Delgadillo a la hora de afirmar que la lógica de aprovechamiento del agua dulce en el departamento ha sido una verdadera despreocupación.
Con la explotación e impermeabilización el nivel freático baja, o sea que el agua superficial está a mayor profundidad, esto causa que los suelos pierdan su capacidad de retención, humedad relativa y por ende la vegetación tiende a secarse. “El CLAS en un estudio de balance hídrico determinó que de los 120.000.000 m3/año que se infiltran, el 70% debe destinarse a “uso verde” si no queremos volver a Cochabamba un desierto sin vida” concluyó.
Considerando que la sustentabilidad del futuro de todo el conjunto metropolitano depende de la protección de los acuíferos, esta medida tiene que ser declarada como una prioridad para que la población asuma conciencia en la defensa de esta área por la magnitud y seriedad de los problemas que encara. Urge de las autoridades establecer medidas preventivas, ejercer control estricto sobre operaciones industriales, actividades contaminantes, hacer obras de infiltración y restringir la instalación o construcción de urbanizaciones.

Fuente: Revista "El Molle"-Focomade

miércoles, 3 de noviembre de 2010

El "unicornio del Isiboro Sécure" está en peligro de extinción


Oculto y casi agazapado sobrevive una especie avícola de singular apariencia, se trata del “unicornio azul del Parque Isiboro Sécure”, la pava cuerno azul, también conocida como la “pava copete de piedra”.

Pese a ser originario del trópico, vive acosado por colonos y cocaleros. Por otro lado, su prominente cuerno azul no representa ningún símbolo político o de inmunidad (MAS) que lo proteja de los cocaleros que -cada vez- amplían ilegalmente su frontera agrícola en desmedro del hábitat de esta hermosa pava cuyo plumaje negro parece anticipar el duelo de su propia existencia.

COCALEROS Y DEMÁS YERBAS

Pero no sólo los cocaleros van apropiándose de los bosques del “unicornio azul del Isiboro Sécure”, están también los colonos y madereros que van talando cuánto árbol encuentran a su paso confinando cada vez más a esta especie de la cual se conoce muy poco y que hoy es motivo de profunda preocupación para científicos y ambientalistas mundiales que, a través de la organización ecologista Conservación de Aves en Bolivia, Armonía, y su Programa para la Conservación de la Pava Copete de Piedra, intentan al menos divulgar sobre esta especie y generar una corriente de opinión pública de sensibilidad ambiental.

Natalia Zambrana, bióloga, coordinadora del programa aseguró que la pava (Pauxi unicornis) es una de las especies de aves más amenazadas de Bolivia y es considerada en “peligro de extinción” por la UICN/BirdLife International y “críticamente amenazada” en el Libro Rojo de los vertebrados de Bolivia.

Zambrana indicó que el ave frugívora (que se alimenta de frutos) que habita en bajas densidades poblacionales, en los bosques tropicales perennifolio, principalmente en el pie de monte andino, dentro de un rango de altitud de 400 hasta 1300 m.s.n.m.

“En Bolivia está restringida en su distribución a los departamentos de Cochabamba y Santa Cruz, específicamente en las áreas protegidas Amboró, Carrasco y Isiboro-Sécure y zonas inmediatamente adyacentes”, manifestó la investigadora a tiempo de afirmar que la caza ocasional de subsistencia, seguida por la deforestación y los chaqueos indiscriminados dentro de su área de distribución, son su principal amenaza.

DESCRIPCIÓN

Lo más llamativo de esta especie es su cuerno cilíndrico y largo de color azul el cual mide entre 8,5 a 9,5 centímetros de largo, es de color negro en general con zona ventral y punta de la cola blanca, patas rojo pálido y el pico rojo brilloso; sin embargo, se ha observado que algunas hembras presentan el plumaje color café rojizo.

Explicó que según la base de datos de la organización ambiental Armonía, hasta la fecha, se han confirmado 14 localidades aisladas con la presencia histórica o actual de esta especie en Bolivia, ubicadas entre los 400 y 1.300 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.) y situados dentro de áreas protegidas como Carrasco, Amboró e Isiboro-Sécure: Rancho Bolívar Punta (cerca El Palmar), Guanay, Río Espíritu Santo, Río Leche y Río Colomelin/Cerro Leñe en el Carrasco; Serranía de Ichilo, Cajones del Ichilo, San Antonio, Río Blanco, Río Macuñucú y Río Saguayo en el Amboró; y Santa Anita, Santo Domingo y Villa Fátima en el Isiboro-Sécure.

CORREDOR DE LA EXTINCIÓN

Una de las amenazas más preocupantes para los ambientalista es la actual construcción del Corredor Bioceanico San Ignacio de Moxos-Villa Tunari que dista a 10 km. del hábitat de esta especie y divide en dos al Parque Nacional. Los investigadores aseguran que este proyecto vial contribuirá al exterminio del “unicornio azul del Isiboro Sécure” si no se toman medidas oportunas que permitan su protección.

Aunque hasta la fecha no se ha podido observar detenidamente a esta hermosa especie avícola, los científicos aseguran que comportamiento reproductivo es especial toda vez que anidan una vez al año poniendo entre uno o dos huevos durante el último cuatrimestre de cada gestión.

YAPACANÍ

Esta especie ha sido observada en Fátima una zona dentro del Municipio de Yapacaní que podría convertir a esta especie en su patrimonio ecológico al ser única en su especie en todo el mundo.

Otro lugar donde también hay buenas posibilidades de divisar a la pava copete de piedra es en las cabañas Cajones de Ichilo, distante a cuatro horas de la ciudad de Santa Cruz, al borde del Parque Amboró, lugar ecoturístico en cuyos relieves montañosos y selva prístinas se ajustan al hábitat de esta especie.

Hasta el momento no se ha advertido el compromiso de los municipios involucrados por generar políticas de protección de esta especie, posiblemente porque se conoce muy poco acerca del “unicornio azul”, posiblemente porque la humanidad está perdiendo el rastro de las cosas esenciales de la vida. 
W.J.S.G.
 Fuente: Erbol/Valle Press

lunes, 1 de noviembre de 2010

MARCHA EN COCHABAMBA Y LA PAZ EN DEFENSA DEL TIPNIS

Representantes de la Campaña en Defensa del parque Isiboro Sécure rechazan la construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos, y advierten que terminará con la fauna y flora existente en el lugar convirtiéndose en una ruta del contrabando y narcotráfico.

Con una marcha de protesta que se apostó frente a la Gobernación, miembros de la asociación protestaron la jornada de ayer (jueves 28 Octubre 2010) expresando su total rechazo a la construcción de la carretera.

“La construcción de esta carretera es totalmente ilegal, porque transgrede la Constitución que claramente indica que debe haber una consulta previa concertada con los pueblos indígenas en cualquier lugar donde se pretenda realizar alguna infraestructura; no ha existido ninguna consulta”.

Las leyes sobre medioambiente vigentes prohíben la construcción de infraestructuras en un parque nacional y más si se trata de áreas verdes protegidas.

“El Congreso pisoteando la ley, aprueba el proyecto para la construcción de esta carretera, el lugar es un verdadero paraíso hay especies en flora, fauna únicos en el mundo, sólo se pueden encontrar en el Isiboro-Sécure; la construcción de esta carretera por el centro del parque sería una destrucción irremediable en el lugar”.

Esa ruta, además de ocasionar un desastre ecológico se convertiría en una ruta favorita para los narcotraficantes y contrabandistas.

“Pedimos que el Presidente sea consecuente con su defensa a los derechos de la madre tierra. El lugar es un ícono de la amazonia boliviana, hay árboles como el mapajo que tiene una antigüedad entre 400 a 500 años; insectos, mamíferos, peces, animales que habitan el lugar, si permitimos la construcción de esta carretera va ser vía libre para la madera ilegal, narcotráfico, contrabando, eso querrán pues las autoridades no”.

Los pobladores del lugar tampoco estarían de acuerdo con la construcción de la carretera.

Se asumirán nuevas medidas de presión para evitar la construcción y preservar el medio ambiente y la ecología.

Pintando pancartas
“Muchas de las personas que conocen el lugar se quedan sorprendidas por la belleza de la naturaleza, los animales silvestres, las especies de árboles. La modernidad no puede terminar con el lugar más sagrado que es la selva, en otras partes del mundo se desesperan por preservar lo poco que aún queda de la naturaleza”.

La movilización totalmente pacífica, concluyó en la plaza principal donde los miembros de la asociación explicaban a los ciudadanos que transitaban el lugar y el peligro que significaría la construcción de la carretera para las personas, animales y el propio medioambiente.

Fuente: Periódico El Diario

martes, 26 de octubre de 2010

Bolivia ofrece a las petroleras más de 1,5 millones de hectáreas en áreas protegidas y territorios indígenas

El gobierno de Evo Morales amplió de 33 a 56 el número de áreas de exploración y explotación de hidrocarburos concedidas a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), varias de ellas ubicadas al interior del parque nacional Madidi, en el territorio indígena Isiboro Sécure y en las áreas de manejo integrado Aguaragüe e Iñao. El Decreto Supremo 0676 aprobado el 20 de octubre de este año aumenta a 56 las áreas otorgadas, concedidas y adjudicadas a YPFB en zonas tradicionales y no tradicionales para tareas de exploración y explotación de hidrocarburos.“Es necesario incrementarlas (las áreas de concesión) en función a la existencia de estructuras prospectables y la gran cantidad de información que se cuenta en cada una de las áreas seleccionadas”, justifica el decreto.Las áreas reservadas para YPFB son Madre de Dios, Río Beni, Madidi, Secure zona 19, Secure zona 20, Cedro, Almendro, Azero, Carohuaicho, Iñau, Sauce Mayu, Itacaray, Huacareta, Tiacia, Aguarague Sur A, Aguarague Sur B, Aguarague centro, Aguarague Norte, Iñiguazu, San Telmo, Coipasa, Corregidores, Buena Vista, Camatindi, Sanandita, Astillero, Sunchal, Sayurenda, Villamontes, Isipote, Carandaiti, Boyuibe, Yoai, Cupecito, Chispani, Lliquimuni, Chepite, Isarsama, Manco Kapac, San Miguel, Florida, El Dorado Oeste, Arenales, Taputá, Ovai, Algarrobilla, Uchan, Casira, La Ceiba, Capiguazuti, Río Salado, La Guardia, Iguembe, San Martin, Okinawa, Rodeo, Pilar, El Remate, Nuevo Horizonte y Puerto Grether.El decreto 0676 adjudica a la petrolera estatal más de 690 mil hectáreas al interior del parque nacional Madidi; al menos 154 mil hectáreas divididas en cuatro bloques en el área de manejo integrado de Aguaragüe; 100 mil hectáreas en el área de manejo integrado de Iñao, y más de 723 mil hectáreas en el parque nacional y territorio indígena Isiboro Sécure. Bolivia se abre a la inversión privada. El decreto 0676 cita varios preceptos de la Constitución Política del Estado (CPE) y otras normas legales en vigencia para justificar la intervención del Estado en áreas protegidas y territorios indígenas, como por ejemplo el Artículo 356 de la CPE, según el cual “las actividades de exploración, explotación, refinación, industrialización, transporte y comercialización de los recursos naturales no renovables tendrán el carácter de necesidad estatal y utilidad pública”. También hace referencia al Artículo 360 de la CPE (el Estado definirá la política de hidrocarburos, promoverá su desarrollo integral, sustentable y equitativo, y garantizará la soberanía energética); y a los artículos 342, 348 y 385, que definen el carácter estratégico de los recursos naturales y la cualidad de bien común de las áreas protegidas.
Explotación petrolífera en Bolivia (fuente: oilwatch)

Además, el decreto cita los Artículos 32, 132 y 133 de la Ley de Hidrocarburos 3058 que autorizan excepcionalmente actividades hidrocarburíferas en áreas protegidas cuando los estudios respectivos determinen su viabilidad.

El decreto 0676 autoriza la suscripción de Contratos de Servicios Petroleros entre YPFB y otras empresas petroleras nacionales y/o extranjeras, y la conformación de Sociedades Anónimas Mixtas.

La norma se apoya en el Artículo 34 de la Ley 3058, según el cual se reservarán áreas de interés hidrocarburífero tanto en zonas tradicionales como no tradicionales a favor de YPFB para que desarrolle actividades de exploración y explotación por sí misma o en asociación con empresas privadas.

El Decreto Supremo 29130 del 13 de mayo de 2007 dispone la reserva y adjudicación de 33 áreas de interés hidrocarburífero a favor de YPFB y establece los mecanismos de asociación a ser aplicados para que desarrolle actividades de exploración y explotación por sí misma o asociada con inversionistas privados.

El Decreto Supremo 29226 del 9 de agosto de 2007 instruye incorporar nuevas áreas de interés hidrocarburífero en función a la existencia de estructuras prospectables y la gran cantidad de información que se cuenta en cada uno de las áreas seleccionadas.

Según YPFB Corporación, con la aprobación del decreto 0676, “en el país habrá una nueva corriente exploratoria; por tanto,YPFB tiene que entablar conversaciones con muchas empresas porque la finalidad de la exploración significará el descubrimiento de nuevas reservas de hidrocarburos para el país”.

YPFB prepara información técnica para atraer inversiones privadas y asociarse con empresas petroleras extranjeras mediante contratos de servicio.

Por otro lado, el decreto 0676 recuerda que es responsabilidad fundamental del Estado preservar, desarrollar, proteger y difundir las culturas existentes en el país (Artículo 98 de la Constitución) y exige “emplear tecnologías adecuadas que permitan mitigar los impactos socio-ambientales y culturales” en las áreas que se encuentran en Áreas Protegidas, en cumplimiento de los Artículos 32, 132 y 133 de la Ley de Hidrocarburos 3058.

Finalmente, el decreto reconoce el derecho de las naciones y pueblos indígena originario campesinos a ser consultados mediante procedimientos apropiados cuando se pretenda desarrollar cualquier actividad hidrocarburífera en sus territorios, en cumplimiento del Artículo 30 del de la CPE y de los Artículos 114 y 115 de la Ley 3058.

Fuente: BOLPRESS

jueves, 21 de octubre de 2010

EL CASO DE LA CARRETERA DEL TIPNIS

Por Luis F. Pacheco*

El pasado 4 de octubre de 2010, fue una fecha hito para el Instituto de Ecología y la Carrera de Biología, que junto con su Centro de Estudiantes, organizaron y llevaron a buen término un evento de discusión sobre el tema de la construcción de la carretera que atravesará el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).
Niños de la Comunidad de San Benito en el TIPNIS

Como el evento fue convocado por el sector académico de la sociedad (instancias de la UMSA), tuvo un carácter fuertemente académico. Cualquiera pensaría que el tema central fue la defensa del TIPNIS como área protegida, en virtud a su enorme riqueza biológica, dado el sesgo natural y orgullosamente llevado por l@s biólog@s; pero no, el evento fue muy balanceado. Se comenzó con una exposición sobre los aspectos culturales a ser impactados, que estuvo a cargo de Elizabeth Huanca, quien luego cedió la palabra al Presidente de la Subcentral Indígena del TIPNIS, Don Adolfo Moye Rosendi. Estas dos exposiciones fueron contundentes en señalar, por un lado, las preocupaciones de tipo académico sobre el impacto cultural de la carretera y, por el otro, el punto de vista de vivencia y vida misma, que con la exposición de Don Adolfo nos llevó a preguntarnos si la nueva CPE realmente es un marco de apoyo a los pueblos indígenas o simplemente un nuevo papel que pisotear.

Con estos dos temas en el tapete, debería ser suficiente para que el país decline su propuesta de abrir una carretera a través del TIPNIS, pero como vivimos en este mundo (basado en otros criterios, principalmente económicos), era necesario escuchar otras dos visiones del asunto: el tema ambiental fue tratado por James Aparicio (biólogo) y el tema económico por Lía Peñarrieta (Ing. Civil). Ninguna sorpresa en el tema ambiental, los impactos serán devastadores sobre una de las áreas de diversidad biológica más ricas de Bolivia. Sin embargo, “los pajaritos, plantitas y caimanes” no son normalmente el plato fuerte en estas discusiones. El tema central suele ser el desarrollo económico de las regiones y los caminos, en un país como Bolivia, suelen ser sinónimo de ese tipo de desarrollo. La exposición de Lía Peñarrieta tiró por el suelo las expectativas de todo el mundo en relación a que el camino significaría un beneficio económico para el país. El análisis económico (con nivel de tesis de maestría) muestra (no sugiere, muestra) que EL PAÍS PERDERÍA DINERO con este camino. ¿Cómo? ¿Qué un camino significaría mayor costo que beneficio ECONÓMICO? Sí, Bolivia está por invertir más de 100 millones y lograr un “beneficio económico” cercano el 50% de esa inversión; es decir, NI SIQUIERA RECUPERARÍAMOS LO INVERTIDO. Peor aún, estos cálculos se hicieron con estimaciones del costo de la carretera “en libros”, pero se reveló también que el contrato a firmarse estaría dos veces por encima del costo estimado para la carretera; es decir, sin entrar en acusaciones, la pérdida económica para Bolivia sería mucho mayor al 100% o incluso al 200% del costo de inversión…

Yo no soy matemático (apenas hago algo de aritmética), pero estoy seguro que usted concluyó con el mismo ejercicio:

Beneficios de la carretera = Beneficios económicos + Beneficios sociales + Beneficios ambientales - Inversión

La decisión, así planteada, debería considerar al menos esos cuatro aspectos. Las exposiciones académicas (es decir, basadas en el conocimiento más aceptado por la sociedad, el universitario) demostraron ayer que todos (SÍ, TODOS) los factores considerados resultan en un costo mayor al beneficio. Así planteadas las cosas, la ecuación queda:

Beneficios de la carretera = -Inversión – Mayores costos económicos (para el país) – Impactos sobre biodiversidad – Impactos socio-culturales

¿Qué parte del resultado de este ejercicio resulta tan complicado? Está claro que es posible que nos hayamos olvidado de algún factor…. ¿Cuál será? Yo imagino que quienes están promoviendo e insistiendo tanto en que esa carretera se haga deben tener la resupuesta para que el análisis beneficios/costos es positivo.

Por otra parte, las personas que viven actualmente en el TIPNIS, que son parte de los pueblos indígenas a los que la Nueva Constitución Política de Estado les otroga derechos, garantias e incluso autonomías, que tiene títulos de propiedad colectiva sobre ese territorio (TCO) desde hace mucho tiempo, otorgados por el mismo Estado boliviano, NO QUIERE EL CAMINO por medio de sus tierras.

En serio! Esa gente, los legítimos dueños de esas tierras, no desean el camino pues están seguros que el mismo les traerá dolor y muerte. Ellos (y ellas, claro) temen porque su cultura está basada en la vida tal como la viven ahora, sin camino. El camino traerá más gente, la mayoría de la cual no sabe (ni le interesa) manejar el ambiente de la forma que lo hacen los actuales vivientes. Es decir, será, según palabras de Don Adolfo, el fin de su cultura en el TIPNIS. Pero, ¿es que no se les consultó antes de planificar y trazar el camino? No dice la nueva CPE que esto es imprescindible? Sí, lo dice, pero tal parece que los primeros en pisotear la nueva CPE serán sus propios promotores. No sólo eso, también serán los primeros pisoteadores de la voluntad de un pueblo indígena, al cual dicen defender…

Y no, no es que los indígenas del TIPNIS no sepan de los grandes beneficios que traerá la carretera. Ya vimos arriba que NO HAY BENEFICIOS, NI SIQUIERA ECONÓMICOS para ellos, ni para el país. Al contrario, será una mala (pésima) inversión de nuestros recursos y, peor aún, para aniquilar las esperanzas de un pueblo de alcanzar ese tipo de desarrollo que los discursos insisten en defender como el Vivir Bien. ¿Cuándo entonces veremos el Vivir Bien? A este paso… NUNCA!

* El autor es biólogo e investigador boliviano

miércoles, 13 de octubre de 2010

FORO POR EL TIPNIS EN LA UMSA: ¡LA CARRETERA NO VA!

Foro “IMPACTOS Y PERSPECTIVAS DE LA CONSTRUCCIÓN DE LA CARRETERA EN EL TERRITORIO INDÍGENA Y PARQUE NACIONAL ISIBORO SECURE (TIPNIS)”


El lunes 4 de octubre de 2010, la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) -a través del Instituto de Ecología, la Carrera de Biología y el Centro de Estudiantes de Biología- organizó el foro “IMPACTOS Y PERSPECTIVAS DE LA CONSTRUCCIÓN DE LA CARRETERA EN EL TERRITORIO INDÍGENA Y PARQUE NACIONAL ISIBORO SECURE (TIPNIS)”. Dicho evento se llevó a cabo en el Paraninfo de la Universidad Mayor de San Andrés.

EL ROL DE LA UNIVERSIDAD EN LA TOMA DE DECISIONES

Realzaron el acto distintas autoridades que en el protocolo de inauguración manifestaron la importancia de la Universidad como un vehículo que pone las bases estudiosas y promueve la reflexión en distintos temas.

El Univ. Bruno Miranda, secretario ejecutivo del Centro de Estudiantes de Biología de la UMSA, ratificó el compromiso estudiantil de no quedar indiferentes ante la pretendida construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos que destruiría el Isiboro Sécure. Contó que esta iniciativa de defender el Isiboro Sécure surgió de una Asamblea Estudiantil y que, en una primera instancia, ya se plasmaba en el foro.

La Lic. Esther Valenzuela Celis, directora de la Carrera de Biología, indicó que la carrera de Biología no quería quedar indiferente ante la realidad del Isiboro Sécure y fue explícita al manifestar que la carrera de Biología “tiene la obligación de mostrar todos los efectos negativos que atraería la construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos”. Afirmó que los biólogos no pueden estar ausentes y deben contribuir con estudios sobre el TIPNIS. Lamentó que no haya habido respuesta de autoridades de Gobierno a la invitación para participar en estas instancias de de encuentro y diálogo.

Autoridades de la UMSA
La Lic. María Cristina Ruiz, directora del Instituto de Ecología, después de mostrar la necesidad de estar informados y sensibilizar a la comunidad acerca de temas como el del TIPNIS, afirmó que “el Gobierno debe tomar en cuenta estos eventos para trabajar consensos”.

El Mgr. Franz Cuevas Quiroz, Decano de la Facultad de Ciencias Puras y Naturales, indicó que “a veces los políticos deciden por decidir, hay que dar la línea de una manera científica”. Realzó la importancia de tomar en cuenta y garantizar estudios serios antes de decidir emprender una obra que pueda afectar espacios patrimoniales. En ese sentido, manifestó la preocupación de la Universidad por estos temas y de ahí la necesidad de abrir espacios, como los foros, para sustentar científicamente los debates y se puedan definir correctamente muchos proyectos.
LAS EXPOSICIONES

Ing. Lía Peñarrieta Venegas

La construcción de la carretera

La Ing. Lía Peñarrieta realizó un diagnóstico y proyectó los posibles impactos y efectos generados por la construcción de la carretera VT-SIM. Compartió una dedicada investigación que determinó si es o no factible la construcción de la carretera mediante el análisis costo-beneficio del proyecto.

En una primera instancia, Peñarrieta describió algunos de los impactos negativos potenciales en la construcción de la carretera dentro del TIPNIS e hizo particular énfasis en el agua:


Ing. Lía Peñarrieta

-cambio de cursos de agua;


-cambio usos de agua;

-afectación a drenajes naturales;

-cruza por una zona núcleo;

- deforestación;

-pérdida y disminución de la biodiversidad.

A todo ello, se añadieron los impactos a nivel social y económico:

-colonización;

- avasallamiento de tierras;

- influencia negativa en la identidad de los pueblos mojeños, chimanes y yurakarés.

En una segunda parte, la Ing. Peñarrieta compartió el proceso y los resultados de su investigación. Analizó a partir de datos técnicos la factibilidad económica de la carretera. Entre los factores tomados en cuenta (en otra óptica de análisis también se manejaron datos sobre adjudicación, costos de inversión, mantenimiento y construcción) citó los siguientes:

- reducción de costos de transporte;

- ahorro de tiempo;

-disminución de accidentes;

- desencadenamiento de actividades comerciales, industriales, turísticas;

- ingresos derivados de la mayor valoración predial debido al proyecto.

Después de varios análisis y cálculos, se llegó a las cifras del Valor Actual Neto (VAN) que alcanzaron la negatividad de menos (-) 44,84 millones de dólares. Manejando algunas hipótesis, se señala que para que la propuesta fuese viable económicamente debería existir un incremento en el tráfico de hasta 350 vehículos por día. Peñarrieta afirmó que, en los cálculos, se tomó un costo base de la carretera en 120 millones de dólares, lo cual dista bastante del costo adjudicado (415 millones de dólares). A esto, si se sumarían los costos ambientales, no incluidos, los resultados económicos alcanzarían una altamente y mayor cifra negativa.

Peñarrieta declara a partir de los resultados de su investigación que “la construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos no es viable económicamente”.

Lic. James Aparicio

Tipnis megadiverso

Lic. James Aparicio

James Aparicio ratificó con datos la incontable riqueza biológica del TIPNIS. Sin embargo, recalcó que faltan todavía muchos estudios ya que existen muchas especies de plantas y animales no clasificados.
Por otro lado, enumeró la existencia de aves, reptiles, anfibios, mamíferos, peces e insectos valiosos para la conservación. A su vez, señaló el peligro de extinción que corren varias especies y que con la carretera se condenaría a su total desaparición. El mismo fenómeno fue descrito en la riqueza de árboles, plantas y flores endémicas.

Adelantó algunos riesgos y ratificó que la “carretera traerá serios trastornos”:

- Es un área protegida donde peligran los manchones de manera fina que quedan.
- Caza y pesca descontrolada.
- Las actividades antrópicas causarán desequilibrio en los hábitos de la fauna y fauna.

Elizabeth Huanca

Factores socioculturales en el TIPNIS

La Lic. Elizabeth Huanca hizo una aproximación social y cultural sobre el pensamiento de las culturas mojeñas, chimanes y yurakarés. A su vez, describió y consigno algunos datos que pudiesen responder a las dudas que se abren en el debate acerca del desarrollo. Contrapuso las posiciones e intereres frente a la carretera de los pueblos indígenas, del Gobierno, del SERNAP (Servicio Nacional de Áreas Protegidas) y de la comunidad civil.

Qué dicen los Pueblos indígenas: “No se respeta la cultura y los derechos, no respeta la cosmovisión”.

Qué dice el Gobierno: “La carretera trae desarrollo y vinculación”.

Qué dice el SERNAP: “Se debe cumplir con la norma para conservar el patrimonio natural y cultural”.

Qué dice la Sociedad Civil: Los intereses particulares están en función de cada actor.

Particularizó la postura de los habitantes del TIPNIS que en 80% aproximadamente piensa que la carretera no les beneficiaría.

Describió los espacios de organización indígena como el chaco y la vivienda, además, describió cómo se desarrolla el espacio de caza, recolección y pesca.

Dentro de las culturas del TIPNIS se ratifica una lógica de propiedad colectiva. A partir de ello, el territorio tiene como dueño a los “jichis y el amo del monte” que, a su vez, son los que protegen todo, por eso no hay que dañar la selva y la tierra.

El bosque no tiene valoración únicamente monetaria, el bosque es parte de la vida y muerte. Con el bosque se sobrevive y en él se muere.

Elizabeth Huanca ratifica que el uso tradicional de recursos del bosque y de los ríos por los pueblos mojeño, yuracaré y chimán que habitan el TIPNIS ha sido y es la base de su subsistencia, económica, política y social.

Adolfo Moye

Adolfo Moye, presidente Subcentral TIPNIS
Adolfo Moye es el presidente y máximo representante de la Subcentral TIPNIS. Moye ratificó el “rechazo innegociable a la construcción de la Carretera”. A su vez recalcó que ninguna autoridad del Gobierno se acercó a la organización Subcentral TIPNIS para hablar sobre el tema.

La construcción de la carretera por la zona núcleo del TIPNIS equivaldría a la destrucción del paraíso, la loma santa. Recordó que nadie se opone a las carreteras y que el Gobierno debe hacer estudios y otras alternativas de trazo más factibles por fuera del TIPNIS.

La forma de vida de los pueblos indígenas cuida la loma santa (madre tierra), que es un espacio que no solo brinda oportunidad de vida a los pueblos indígenas, sino, actúa como un pulmón importante para Bolivia. Moye citó algunos de los derechos que les otorga la Constitución:

-Derecho territorial – Evo Morales otorgó el título ejecutorial del Territorio-

-Derecho a la consulta.

-Derecho a ejercer nuestras formas de vida.

-Reconocimiento como pueblos y naciones indígenas.

-Derecho a la vida, como cualquier ciudadano boliviano.

Adolfo Moye habló sobre las consecuencias negativas para el TIPNIS con la carretera: “deforestación y colonización, avasallamiento y coca ilegal, destrucción de nuestra casa, destrucción de la cultura, de la flora, de la fauna, de los ríos…”

Describió la fortaleza de los habitantes del TIPNIS y denunció que antes de nada ya tienen que enfrentar a algunos grupos de colonizadores depredadores que están promoviendo invasiones ilegales en la parte sur y norte del TIPNIS. Recordó que ya se cumplió un año (septiembre 2009) cuando los valientes habitantes del TIPNIS desalojaron a colonizadores que causaron destrucción en la zona sur del parque. Lamentó que el Gobierno, a pesar de sus compromisos, no haya hecho y no haga nada para desalojar a los invasores y para erradicar la coca ilegal.


Miembros de la Campaña por el TIPNIS, junto a Adolfo Moye
 Finalmente, reflexionó: “¿Qué hacemos?, ¿cómo hacer respetar nuestros derechos?, ¿cómo evitar que desaparezcan los moxeños, yuracares y chimanes?, ¿cómo evitar el etnocidio?”

Adolfo Moye afirmó que “respetar los derechos de los pueblos es respetar a la Madre Tierra, es respetar la vida”. Terminó con el mandato enfático de sus bases chimanes, mojeñas y yurakarés: “¡LA CARRETERA NO VA!”




martes, 12 de octubre de 2010

Lamentos por el Isiboro Sécure

Por Winston Estremadoiro

Me angustió una Mojeña Trinitaria, no oriunda de la capital del Beni, sino de una de las treinta y tantas naciones indígenas que reconoce la Constitución vigente. Una de tres –las otras son la Yuracaré y la Chimán- que moran en el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure (TIPNIS).
En una entrevista televisiva la dama era portavoz de manifestantes en la plaza principal de Cochabamba, protestando en contra de la construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos, que divide en dos el territorio protegido del TIPNIS.

El Isiboro-Sécure es parte importante del cinturón prodigioso de naturaleza que abarca desde el Parque Manú en el Perú –donde en vez de cocaleros entran centenas de deslumbrados turistas- hasta el Parque Amboró en Santa Cruz –ejemplo de que la conservación y el turismo no están reñidos, sino que se complementan cuando son los nativos los que los manejan y protegen. Entre esos dos extremos están el Parque Madidi, y los Parques Isiboro-Sécure y Carrasco. Aunque no pongo mis manos al fuego de que el primero sea inmune, los dos últimos sufren un mal común: el asedio de cocaleros en la región conocida como Chapare, que abarca territorios de tres provincias cochabambinas: Chapare, Tiraque y Carrasco.
¡Qué puede importar la preservación de la selva a gente de minifundios altiplánicos o de yermos mineros! Se empieza a ganar dinero vendiendo a tronqueros sin control centenarios árboles de maderas preciosas –urupí, ochoó, piraquina, tajibo, mara, verdolago–. Después de quemas asesinas viene el cultivo de la coca, aún más lucrativo si se convierte en cocaína. No inquietan el sueño especies amenazadas como la nutria gigante, el mono araña, el ocelote, el jaguar, el peji o armadillo gigante, el tapir, los pecaríes labiado y de collar, el ciervo de los pantanos. Qué cuernos importa si desaparecen vulnerables jucumaris, lobitos de río, londras, marimonos, osos bandera, manechis, tapires, chanchos de tropa, delfines de río, lagartos, caimanes negros, tortugas terrestres, iguanas, serpientes pucarara, yoperojobobo y coral.
Triste sino el de los Mojeños. Herederos de la cultura que en siglos pretéritos domara con su civilización hidráulica el ciclo maldito de inundación y sequía en los llanos benianos, primero fueron asentados en poblaciones jesuíticas de laboriosos hábitos e imponentes iglesias, creando prácticas culturales mestizas, como la danza de los Macheteros, y dando rienda suelta al talento musical que hoy se luce en el exterior con orquestas y coros del barroco, también mestizo. Después de las utopías misionales y la expulsión de los Jesuitas, fueron presa de los ganaderos que iniciaron la cultura bovina en el Beni. Desterrados de sus tierras ancestrales, grupos de ellos se dieron a peregrinar en busca de la Loma Santa, la tierra sin mal, mito que se repite en inermes grupos amerindios que han sido sometidos a atropellos sin nombre.
Ahora se encuentran como prensados en un cascanueces, aprisionados entre ganaderos y cocaleros. Han corcoveado: hace un año se enfrentaron a cocaleros invasores del parque, con el resultado de un muerto y tres heridos. El Ministro de Gobierno de entonces parloteó que no puede haber cultivos de coca en parques nacionales, amenazó erradicar cultivos ilegales y desalojar a los invasores del TIPNIS. Puro papo. Recientemente se asentaron más de 130 familias cocaleras procedentes de Caranavi, según la denuncia del presidente de la subcentral indígena del TIPNIS.
La madre del cordero es la carretera más cara del país: 306 km por más de $400 millones de dólares, de Villa Tunari a San Ignacio de Moxos. Fue contratada con licitación sospechosa de ser cocinada para un solo proponente, sin estudio de impacto ambiental y sin previsiones para salvaguardar el TIPNIS, al que atraviesa como lanzazo que penetra abajito del esternón y sale perforando un pulmón.
Aparte de destruir un patrimonio natural del país, la carretera y los asentamientos ilegales de cocaleros atropellan sitios sagrados, reclamaba la representante indígena.
Recordé lo que les pasó a los indios Sioux en el noroeste estadounidense. Las montañas de Paha Sapa (Black Hills en inglés), consideradas como lugar sagrado para ellos, fueron postrer despojo de colonos blancos en proceso de robar las tierras indígenas. Cámbiense colonos blancos por cocaleros, Paha Sapa por Isiboro-Sécure y Sioux por Trinitarios y se repite una triste historia.
¿No gobierna en Bolivia el paladín de la defensa de la Madre Tierra, que acaba de enviar cartas a los indígenas del mundo clamando por “Planeta Tierra o muerte”?, dirá algún gringo engrupido por la retórica del Presidente, quien también oficia de mandamás de la federación de cocaleros del Chapare, tal vez con mayor celo.
¿Acaso la posibilidad de consulta respecto a políticas estatales que les afecten, incluida la explotación de recursos naturales en su territorio, no es uno de los derechos de mayor importancia que la Constitución otorga a los pueblos indígenas originarios?, argüirá un cacique mayor.
¿No está inserta la subsidiariedad en una chanfaina de atributos de la organización del Estado autonómico en la actual Constitución, y definida en los principios que rigen las entidades territoriales autónomas en la Ley Marco de Autonomías?, ponderará algún asesor español.
¿Es que la noción del “vivir bien”, modelito “pachamamista” que ahora se quiere exportar, no vale para los indígenas de las tierras bajas de Bolivia?, reclamará un encandilado escandinavo.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Pedido al Presidente Evo Morales

Pincha este link www.salvalaselva.org y ayúdanos en una ciberacción en apoyo a la defensa del parque Isiboro Secure a través del enlace. Por favor, firmar y difundir. Gracias!

Estimado Sr. Presidente Morales:
Aprecio las exigencias de su gobierno con respecto a la conservación del medio ambiente y desarrollo alternativo de la economía en diferentes escenarios de la política internacional. Según sus propias palabras: “En manos del capitalismo todo se convierte en mercancía: el agua, la tierra, el genoma humano, las culturas ancestrales, la justicia, la ética, la muerte… la vida misma. Todo, absolutamente todo, se vende y se compra en el capitalismo. Y hasta el propio cambio climático se ha convertido en un negocio”.
Por el compromiso que manifiesta en defensa del medio ambiente así como de las poblaciones indígenas y sus derechos en su país y en todo el mundo, me dirijo a usted para solicitarle que no construya la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos, que atravesará el parque nacional y territorio indígena Isiboro Secure TIPNIS. Este parque contiene una enorme riqueza en especies de plantas y animales. La pérdida de la cobertura vegetal en las faldas de los Andes tendrá consecuencias desastrosas para las tierras bajas.
La soberanía de Bolivia se ve con este y otros proyectos amenazada por la óptica desarrollista de la Amazonía y las ambiciones imperialistas de Brasil en el continente. Brasil está especialmente interesado en este proyecto que le facilitará el acceso al pacífico para sus exportaciones de soja y agrocombustibles.
En su día, Bolivia se comprometió con los pueblos indígenas para resguardar el TIPNIS. Pero ahora, la carretera significará en síntesis la condena a la extinción para poblaciones indígenas yuracares, mojeñas, mojas y chimanes; la destrucción irremediable del ecosistema debido a que facilitará la llegada de colonos, narcotraficantes y empresas petroleras, madereras y la expansión de la frontera agrícola. El Estado no tiene capacidad para regular todas estas invasiones que, como sucede siempre que se abre una carretera en una zona virgen, significarán su destrucción total.
Presidente Morales, por favor, recuerde sus propias palabras: “Debemos imprimir un desarrollo productivo, pero racional y en defensa del medio ambiente, para convivir con la Madre Tierra, que es el origen de la vida”. De acuerdo a las mismas, apelo a su sensibilidad y a sus propias ideas, y le pido que impida la construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos y defienda así la integridad de la población del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure y el incomparable medio ambiente. Haga uso de su autoridad para preservar a la Madre Tierra de esta herida de muerte y permita a Bolivia seguir por la senda ejemplar del Sumak Kawsay (vivir bien).
Agradezco una respuesta de su parte a las preocupaciones reflejadas en esta comunicación. Muchas gracias. Atentamente,

lunes, 13 de septiembre de 2010

FORO EN DEFENSA DEL ISIBORO SÉCURE


Tomando en cuenta que el mes de septiembre es un mes para recordar la “lucha” por la “libertad” que emprendió el pueblo cochabambino hace 200 años y en la actualidad no terminamos de levantar la voz por aquellos cuyos derechos son vulnerados, hemos constatado con preocupación las funestas consecuencias que atraería la construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos, la manera cómo se vulneran los derechos de los pueblos indígenas (moxeños, yurakarés y chimanes) y cómo se destruye la naturaleza... bajo esta preocupación, informamos la organización de un FORO en el que participarán distintas organizaciones sociales y especialistas para compartir experiencias y reflexionar sobre este conflicto socio-ambiental en el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS)...


Fecha: Jueves 23 de septiembre
Hora: 8:30 a 18:00
Lugar: Centro Luis Espinal, calle Oruro 426 entre Antezana y Ramón Rivero

Cochabamba-Bolivia

Contactos: 4501804
Organiza: Subcentral TIPNIS - Campaña en Defensa del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure

martes, 7 de septiembre de 2010

El Bicentenario “firme y constante” derribado por el hacha de Colón

Por Pablo Rojas Paredes

El poeta Benjamín Blanco utilizó, en el himno a Cochabamba, los adjetivos “firme y constante” para referirse al pueblo cochabambino que emprendió la “lucha” por la “libertad”, por esa que el 2010, aún no terminamos de levantar la voz. Sucedió hace 200 años, por eso festejamos este bicentenario. Mucho se ha hablado de la crueldad de los invasores y que mucho después de liberada y creada Bolivia, el hacha de Colón siguió cortando cabezas, hasta que apareció Evo Morales para terminar de darnos la verdadera libertad.

Sin embargo, la democracia de Evo Morales alimenta y oculta bajo sus alas a los descendientes de Cristóbal Colón para que sigan cometiendo ultrajes cada día. En los territorios indígenas bolivianos se ha podido constatar cómo el poder de la hipocresía actúa invadiendo tierras, agrediendo a culturas y destruyendo la naturaleza. No es nada raro de que el sustantivo “colonizador” tenga su raíz en el apellido “Colón” y represente la ambición del invasor que se mantiene intacto e incluso es tan despiadado como en esa época. Lo que sucede en el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) es sólo una muestra de lo que sucede en toda Bolivia en otras áreas protegidas y territorios indígenas. Visitar el Chapare representa entrar en un espacio donde la selva ha sido sometida al maltrato y los pueblos originarios han sido arrinconados y, en demasiados casos, han sido despojados de sus territorios.

La realidad más cercana al bicentenario que podemos encontrar son los árboles, que ya existían cuando Esteban Arze o Ignacio Warnes recién nacían. El mapajo es un árbol que para abrazar su circunferencia se necesitan en algunos casos hasta 15 personas y muchos de ellos se calcula que tienen entre 400 y 500 años de existencia. Uno de estos mapajos fue derribado por colonizadores cocaleros y madereros que entraron y abrieron una senda de 27 kilómetros dentro del TIPNIS creando los sindicatos de coca “Nueva Estrella” y “16 de Octubre”, consolidaron asentamientos ilegales y organizaron una fiesta de tala y coca ilegales, pero ahí estuvieron los “hombres” para defender su selva. Este mes no sólo recordaremos que hace 200 años se comenzó a luchar por la libertad, sino, que hace un año, septiembre de 2009, valientes mojeños, yurakarés y chimanes de la zona sudeste del Isiboro Sécure contuvieron en una desigual lucha a los colonizadores invasores. El Gobierno, junto a la Policía, tuvo que intervenir ante las evidencias de avasallamiento y se comprometió a erradicar coca ilegal y castigar y detener a los instigadores de nuevos asentamientos.

Árbol de Mapajo en el TIPNIS

Ya pasó un año, se organizó, en Bolivia, una Cumbre en Defensa de la Naturaleza e, internacionalmente, el Presidente lidera un movimiento de defensa de la Madre Tierra y ¿qué sucede en casa?, ¿qué pasa en el TIPNIS?

El Gobierno lejos de solucionar los problemas y compromisos pendientes decidió, como Entrada al plato fuerte, construir un camino que destruya el Parque Machía (refugio de animales) dentro del municipio de Villa Tunari administrado por el alcalde “ignorante” y ecoturista: Feliciano Mamani. Hace unos días, al mejor estilo del hermano de Colón, que mataba indígenas para probar el filo de su espada, 300 cocaleros del sindicato “Villa Copacabana” a plan de machete en mano entraron con engaños al Parque Machía para destruir la senda de los monos y un kilómetro y medio de plantas; por su parte, el gobernador de Cochabamba, Edmundo Novillo, ha perdido el sentido común… el gran regalo del bicentenario para los cochabambinos es hacerse de la vista gorda, hablar del compromiso con el pueblo, y proporcionar “de manera temporal, un permiso ambiental por 30 días para la construcción de su camino” (esa figura NO existe en ninguna parte de las leyes) y permitir la destrucción del Parque Machía.

La historia continúa: el plato fuerte es pretender construir una carretera (que además marca el récord de transgresiones a la ley y a la Constitución) que parta en dos el TIPNIS lo que provocaría la mayor catástrofe ambiental y cultural en la historia moderna de Bolivia. El Presidente ha dicho sobre este y otros proyectos destructores: “No podemos ser chantajeados con la consulta. Más bien, les pedimos acelerar las licencias ambientales”. Como en las películas: “Licencia para matar”. Sin embargo, los pueblos indígenas han sido claros: el rechazo a la construcción de la carretera es “contundente e innegociable”, aunque el director de la ABC (Administradora Boliviana de Carreteras), Luis Sánchez, afirme que la vida se negocia: “Un año nos estamos dando como ABC para discutir con el Tipnis correctamente cuál es el tramo que se hace y cómo se hace”.

El hecho de hablar de la carretera nos hizo descubrir otra cruel realidad: en la zona colonizada del TIPNIS (ver mapa), espacio consolidado en el Gobierno de Evo Morales, el año 2003 existían 22 comunidades indígenas, el 2010 se redujeron a solo 14. Esto es muestra de un despiadado etno-genocidio socapado y fomentado por el Gobierno. Es posible que en unos pocos meses, las comunidades Cezajsama y Limo del Tipnis también desaparezcan y suba en la estadística esta crónica de destrucción. Cezajsama es una comunidad yurakaré encerrada entre alambres de púas en medio de una ciudadela de cocaleros quienes, hasta hace un tiempo, tuvieron el atrevimiento de cobrar a estos hermanos yurakarés por ir a cazar en “propiedad” cocalera (espacio arrebatado por titulaciones negociadas dentro del Parque). Ahora en esa zona, ya no hay dónde ir a cazar y sólo resta buscar las pulperías de los colonizadores para comprar galletas y alcohol que haga olvidar que la reputación guerrera de su pueblo se extingue al tiempo de esperar que se derrumben los últimos “firmes y constantes” árboles “bicentenarios” para deleite de aquellos que lucran con la ilegalidad y para impotencia de la Madre Tierra.


TIPNIS herido de muerte

lunes, 30 de agosto de 2010

LA VOZ DE LOS QUE DEFIENDEN EL ISIBORO SÉCURE


¡¡¡NO QUEREMOS CARRETERA!!!

LOS TERRITORIO INDÍGENAS Y PARQUES NACIONALES SENTENCIADOS A MUERTE

por Pablo Rojas Paredes

Este pasado jueves 27 de agosto de 2010, se realizó con participación de dirigentes y autoridades de los consejos que conforman la CPITCO (Coordinadora de Pueblos Indígenas del Trópico de Cochabamba) un taller sobre Autonomías en el que se dieron los primeros lineamientos para la redacción de los nuevos estatutos autonómicos. Por otro lado, la oficina del defensor del Pueblo también resaltó el derecho de denunciar cualquier abuso de autoridades públicas en sus oficinas. En representación de defensores del TIPNIS, se expusó la ilegalidad de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos bajo fundamentos técnico-juridicos sustentados por la CPEP y otras leyes de la República. Los pueblos indígenas rechazan la construcción de la carretera y hacen un pedido de que se terminen las invasiones ilegales en territorio indígenas.

Coca ilegal en TCO Yurakaré

Por otra parte, en oficina del Coniyura (Consejo Indígena Yurakaré) en Chimoré, se realizó una reunión de coordinación e informe entre dirigentes y autoridades de los territorios Yurakarés, Yuqui y del TIPNIS, junto a la presidenta de la CPITCO, (Coordinadora de Pueblos Indígenas del trópico de Cochabamba) y el director y funcionarios del INRA departamental. Se denunció el avasallamiento de los territorios indígenas en todos los espacios de la zona. El director departamental del INRA, Lic. Jaime Copa, refirió que “una TCO que está titulada es propiedad privada. La vamos a hacer respetar. Por parte del INRA no va a haber ningún temor para ejecutar desalojos”. Debido a la fuerza de estas denuncias de chaqueo y de que se saca madera ilegal de territorios indígenas, acudió una comisión a Ushbea, comunidad yurakaré que se encuentra a una hora y media de Chimoré. El límite natural de Ushbea con el área colonizada es el río de pequeño caudal, Seuta. Se pudo comprobar la existencia de chaqueo intensivo, derrumbe de árboles añosos y la proliferación de plantaciones de coca, por supuesto ilegal.

Chaqueo ilegal realizado por colonizadores en TCO Yurakaré
El portavoz yurakaré de la comunidad de Ushbea, Benjamín Suárez, indicó: “Si alguien quiere poner fin a los problemas de nuestros territorios debe ser operativo. Nosotros cuidamos los bosques, y otros se aprovechan y los destruyen. El desmonteo y el chaqueo en este momento se hace y las autoridades no se mueven. Los hemos sorprendido sacando madera y chaqueando". Indicó que si las utoridades no ayudan en que se cumpla la ley “llegará el momento de proceder con nuestras manos”. A esto criticó la inefectividad del Gobierno en la lucha en favor de la madre tierra y de los pueblos indígenas: “Discurso fantasma, no hay seriedad porque desde hace tiempo muchos colonizadores hacen lo que les da la gana. Como las autoridades no sufren esta realidad, no nos prestan atención”. El artesano y dirigente mojeño, Marco Herminio Fabricano, se solidarizó diciendo “Es ilegal, preocupante. Hay un rodeo de troncos en la orilla del río que han sacado clandestinamente. Más adentro se puede ver coca ilegal. Nosotros no somos así, sino, estuviéramos con un tractor destruyendo el bosque que para nosotros es sagrado”. Se formalizará la denuncia a la ABT (Autoridad en Bosques y Tierras) para que se haga detener la tala y se haga respetar las leyes.

Madera cortada ilegalmente en TCO Yurakaré, comunidad Usheuta
Camión con madera ilegal en la ruta hacia Usheuta.
Finalmente, se dio a conocer denuncias concretas referidas a la invasión de otras TCO yurakaré, TCO yuqui , Parque Carrasco y el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS). El caso del Isiboro Sécure es alarmante, el viceministerio del ramo hizo público hace un año su intención de erradicar la coca ilegal y detener la invasión del TIPNIS, sin embargo, hasta el momento no ha sucedido nada a pesar de la Cumbre de Tiquipaya y otros discursos y promesas de resonancia internacional. Nos informan y comentan comunarios y defensores del TIPNIS que desde el 2003 a la fecha, han desaparecido 7 comunidades en el área colonizada del Isiboro Sécure, lo que revela un despiadado etno-genocidio al extinguirse una comunidad por año. Advertimos a Bolivia y al mundo la inminente desaparición de dos comunidades más, Cesajsama y Limo, en el Isiboro Sécure si se continúa con abierta y solapada condescendencia con los colonizadores y madereros.