Pese a ser originario del trópico, vive acosado por colonos y cocaleros. Por otro lado, su prominente cuerno azul no representa ningún símbolo político o de inmunidad (MAS) que lo proteja de los cocaleros que -cada vez- amplían ilegalmente su frontera agrícola en desmedro del hábitat de esta hermosa pava cuyo plumaje negro parece anticipar el duelo de su propia existencia.
COCALEROS Y DEMÁS YERBAS
Pero no sólo los cocaleros van apropiándose de los bosques del “unicornio azul del Isiboro Sécure”, están también los colonos y madereros que van talando cuánto árbol encuentran a su paso confinando cada vez más a esta especie de la cual se conoce muy poco y que hoy es motivo de profunda preocupación para científicos y ambientalistas mundiales que, a través de la organización ecologista Conservación de Aves en Bolivia, Armonía, y su Programa para la Conservación de la Pava Copete de Piedra, intentan al menos divulgar sobre esta especie y generar una corriente de opinión pública de sensibilidad ambiental.
Natalia Zambrana, bióloga, coordinadora del programa aseguró que la pava (Pauxi unicornis) es una de las especies de aves más amenazadas de Bolivia y es considerada en “peligro de extinción” por la UICN/BirdLife International y “críticamente amenazada” en el Libro Rojo de los vertebrados de Bolivia.
Zambrana indicó que el ave frugívora (que se alimenta de frutos) que habita en bajas densidades poblacionales, en los bosques tropicales perennifolio, principalmente en el pie de monte andino, dentro de un rango de altitud de 400 hasta 1300 m.s.n.m.
“En Bolivia está restringida en su distribución a los departamentos de Cochabamba y Santa Cruz, específicamente en las áreas protegidas Amboró, Carrasco y Isiboro-Sécure y zonas inmediatamente adyacentes”, manifestó la investigadora a tiempo de afirmar que la caza ocasional de subsistencia, seguida por la deforestación y los chaqueos indiscriminados dentro de su área de distribución, son su principal amenaza.
DESCRIPCIÓN
Lo más llamativo de esta especie es su cuerno cilíndrico y largo de color azul el cual mide entre 8,5 a 9,5 centímetros de largo, es de color negro en general con zona ventral y punta de la cola blanca, patas rojo pálido y el pico rojo brilloso; sin embargo, se ha observado que algunas hembras presentan el plumaje color café rojizo.
Explicó que según la base de datos de la organización ambiental Armonía, hasta la fecha, se han confirmado 14 localidades aisladas con la presencia histórica o actual de esta especie en Bolivia, ubicadas entre los 400 y 1.300 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.) y situados dentro de áreas protegidas como Carrasco, Amboró e Isiboro-Sécure: Rancho Bolívar Punta (cerca El Palmar), Guanay, Río Espíritu Santo, Río Leche y Río Colomelin/Cerro Leñe en el Carrasco; Serranía de Ichilo, Cajones del Ichilo, San Antonio, Río Blanco, Río Macuñucú y Río Saguayo en el Amboró; y Santa Anita, Santo Domingo y Villa Fátima en el Isiboro-Sécure.
CORREDOR DE LA EXTINCIÓN
Una de las amenazas más preocupantes para los ambientalista es la actual construcción del Corredor Bioceanico San Ignacio de Moxos-Villa Tunari que dista a 10 km. del hábitat de esta especie y divide en dos al Parque Nacional. Los investigadores aseguran que este proyecto vial contribuirá al exterminio del “unicornio azul del Isiboro Sécure” si no se toman medidas oportunas que permitan su protección.
Aunque hasta la fecha no se ha podido observar detenidamente a esta hermosa especie avícola, los científicos aseguran que comportamiento reproductivo es especial toda vez que anidan una vez al año poniendo entre uno o dos huevos durante el último cuatrimestre de cada gestión.
YAPACANÍ
Esta especie ha sido observada en Fátima una zona dentro del Municipio de Yapacaní que podría convertir a esta especie en su patrimonio ecológico al ser única en su especie en todo el mundo.
Otro lugar donde también hay buenas posibilidades de divisar a la pava copete de piedra es en las cabañas Cajones de Ichilo, distante a cuatro horas de la ciudad de Santa Cruz, al borde del Parque Amboró, lugar ecoturístico en cuyos relieves montañosos y selva prístinas se ajustan al hábitat de esta especie.
Hasta el momento no se ha advertido el compromiso de los municipios involucrados por generar políticas de protección de esta especie, posiblemente porque se conoce muy poco acerca del “unicornio azul”, posiblemente porque la humanidad está perdiendo el rastro de las cosas esenciales de la vida.
W.J.S.G.
Fuente: Erbol/Valle Press
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