El día del lanzamiento del satélite Túpac Katari pude comprobar el
desprecio del presidente Evo Morales hacia los bolivianos. Desde ese día, según
el presidente y sus seguidores, Bolivia entra a la era espacial, lo cual
determinaría, entre otras cosas, salir de la pobreza. A esto se sumó una
transmisión en vivo: Morales en un centro espacial de China y un subalterno que
leía una carta protocolar del presidente chino que no tenía tiempo de atenderlo
en ese momento; en la plaza Murillo, un yatiri masista manipulaba una ofrenda
milenaria y rendía culto al metal mientras viceministros explicaban las fases y
la hipérbole que formaría el cohete impulsor. Un par de días después, leo una
nota de prensa: La producción textil de Bolivia va en caída debido a la
importación de ropa usada y la llegada de grandes cantidades de ropa china.
Rescato la frase de un amigo sobre lo que acaba de suceder. "Evo Morales
cree que porque compró un huevo ya es gallina". ¡De ninguna manera, hemos
entrado en la era espacial! ¿El satélite es “made in Bolivia”? No, es “made in
China” y publicidad para los chinos. Bolivia es cero tecnología. Pienso en la
Argentina: refrigeradores, lavadoras, radios, autos, televisores, focos,
computadoras de industria argentina. Para mí eso es utilizar la tecnología para
crecer. En su momento de gloria, Maradona era el único que pudo comprarse una
vagoneta Mitsubishi y manejarla en Buenos Aires, porque su precio era
“altísimo” en relación a los autos de industria argentina; la política de
estado preveía que ante cualquier producto extranjero, la industria argentina
debía ser priorizada y protegida. Por eso, los aranceles de importación le
daban, y hasta ahora le dan, seguridad a cualquier rubro de producción local.
En esa misma época, en el Chapare, muchos productores de coca, con sus autos, le
hubiesen hecho dar envidia a Maradona. Eso no ha cambiado en el tiempo del
presidente Evo Morales. Se ha creado una casta de prósperos terratenientes de
coca que invierten su dinero en “bienes raíces” haciendo de Bolivia el paraíso
del individualismo y capitalismo, con una considerable inyección de dinero
proveniente del narcotráfico.
Evo Morales nos engaña, nos miente, nos deja anclados en el conformismo.
Más canchas y coliseos… y seguiremos siendo incapaces de ganar una medalla de
oro en competencias deportivas. Morales sugiere más horas de clases, y nuestros
estudiantes seguirán siendo incapaces de leer críticamente nuestra realidad y
no les interesará la violencia del presente porque su futuro ya estará definido,
en un alto porcentaje, estará ligado al comercio, al contrabando y lavado de
dinero. Según el presidente, el Dakar nos abre las puertas al mundo, que no nos
venga con el cuento de que traer a “hijitos de papá” en sus motos por dos días
es la llave del Turismo; Bolivia y los bolivianos podrían vivir a todo lujo
solo con Turismo, no existe una política seria para fomentar el turismo en toda
Bolivia. Por otro lado, la monoproducción de materias primas sigue y seguirá intacta
en nuestra economía: soya, girasol, caña, coca, gas, petróleo, minerales… para
beneficio de algunos extranjeros, cocaleros y empresarios. Seguimos con cero
tecnología boliviana.
A los que mienten hay que decirles
la verdad, por eso, señor Evo Morales, le pongo sobre la mesa la verdad. Usted
es el principal enemigo no solo de las culturas y la Madre Tierra, es enemigo
de la industria y los emprendimientos nacionales. Ahora, vamos a esperar que se
instalen y funcionen los telecentros en toda Bolivia con la ayuda del satélite
“made in China”, así, todos nuestros jóvenes tendrán el “derecho” y la “oportunidad”
de quedar “embrutecidos“ con los juegos en red, el internet para soñar con un
mundo más feliz y el espejismo de ser un país del primer mundo.
Termino con una pregunta, ¿quién es usted señor Evo Morales? Usted es
seguidor de un capitalismo retrógrado de la época de 1970; remeda la forma de
ver el mundo de otros. ¿El boliviano, la Madre Tierra, las culturas y su
cosmovisión dónde quedan? Quedan en el olvido, despreciadas por usted y su
soberbia que le han hecho creer que, como supremo elegido, será presidente de
Bolivia hasta que usted le dé la gana. Señor Evo Morales, sepa usted que donde
ha dejado de permanecer es en los corazones de muchos bolivianos que renunciamos
a tener alma de esclavos. Cuando usted llegó a la presidencia creímos en su
causa por los más necesitados, creímos en su discurso de defensa de la Madre
Tierra y los derechos de los Pueblos Indígenas; ahora, simplemente creemos que
sucumbió ante de los designios del poder y, para mantenerse en él, utiliza la
mentira y las “estrategias mediáticas de dominación”. El día que se lanzó el
satélite, sus seguidores masistas lo pusieron en un altar, proclamaron su
liderazgo mesiánico, se abrazaron y descubrieron la pólvora. Ese mismo momento,
García Linera (presidente del Congreso), Gabriela Montaño (presidenta de la
Cámara de Senadores) y Betty Tejada (presidenta de la Cámara de Diputados)
derramaban absurdas lágrimas satelitales y nos enviaban un mensaje: “Solo Evo
Morales para vivir bien, nuestra guía y salvación”. ¿Dónde sucedió eso? En
Plaza Murillo, la misma plaza donde solo hay permiso para llorar por usted y
se prohíbe la entrada a indígenas, niños, mujeres, jubilados, trabajadores, para
que derramen el llanto verdadero, aquel que no es manipulado y que carga
nuestra profunda pena de bolivianos.
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