Estimado Sr. Presidente Morales:
Aprecio las exigencias de su gobierno con respecto a la conservación del medio ambiente y desarrollo alternativo de la economía en diferentes escenarios de la política internacional. Según sus propias palabras: “En manos del capitalismo todo se convierte en mercancía: el agua, la tierra, el genoma humano, las culturas ancestrales, la justicia, la ética, la muerte… la vida misma. Todo, absolutamente todo, se vende y se compra en el capitalismo. Y hasta el propio cambio climático se ha convertido en un negocio”.

En su día, Bolivia se comprometió con los pueblos indígenas para resguardar el TIPNIS. Pero ahora, la carretera significará en síntesis la condena a la extinción para poblaciones indígenas yuracares, mojeñas, mojas y chimanes; la destrucción irremediable del ecosistema debido a que facilitará la llegada de colonos, narcotraficantes y empresas petroleras, madereras y la expansión de la frontera agrícola. El Estado no tiene capacidad para regular todas estas invasiones que, como sucede siempre que se abre una carretera en una zona virgen, significarán su destrucción total.
Presidente Morales, por favor, recuerde sus propias palabras: “Debemos imprimir un desarrollo productivo, pero racional y en defensa del medio ambiente, para convivir con la Madre Tierra, que es el origen de la vida”. De acuerdo a las mismas, apelo a su sensibilidad y a sus propias ideas, y le pido que impida la construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos y defienda así la integridad de la población del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure y el incomparable medio ambiente. Haga uso de su autoridad para preservar a la Madre Tierra de esta herida de muerte y permita a Bolivia seguir por la senda ejemplar del Sumak Kawsay (vivir bien).
Agradezco una respuesta de su parte a las preocupaciones reflejadas en esta comunicación. Muchas gracias. Atentamente,
MUERA LA MALDITA CARRETERA!
ResponderEliminarVIVA TIPNIS Y LOS INDIGENAS!
MASISTA FUERA DEL GOBIERNO!